Ciclos repetitivos, efímeros, en apariencia (y de hecho) interminables, de éso parece componerse mi vida. Ciclos de personas a las que he querido (en mayor o en menor medida), en las que he confiado, para posteriormente desaparecer de un plumazo.
Algunas, por irremediables cosas de la vida.
Unas pocas, por propia decisión mía.
Una, por razones que escapan a mi entendimiento.
Es por el último caso que escribo esto. No me considero ni de lejos una persona maravillosa y sin ningún defecto. Mayormente porque una persona así no existe. Tampoco me considero un
Satanás. Los humanos son un término medio, con inclinaciones a un lado u otro de la
balanza, según una serie de factores y circunstancias que no pinta nada que las exponga aquí.
Cierta persona me tacha de
falso, me acusa de
lamerle el culo a la gente según me convenga y me describe como un
puto pirado. Yo por mi parte me abstengo de opinar nada de quien ha dicho esto de mí, ya que lo único que puedo sentir es un latente desconcierto mezclado con una pequeña parte de decepción, y una pizca de voluntad por arreglar las cosas que no dejan de verse frustradas, aparentemente porque el diálogo no es una opción. Es decir, toda agresividad que podría sentir porque una persona que conozco desde hace bastante tiempo (y en consecuencia, ella también debería conocerme a mí) piense eso de mí, se vio reemplazada por una sensación de juicio injusto, ya que ni siquiera sé el
porqué. Y si es lo que estoy pensando, se ha hecho una montaña de un grano de arena, lo que me lleva a pensar que esa persona puede que en realidad únicamente busque una excusa para deshacerse de mí, cosa que me parece más factible, pero que sería más lógica que me la dijera a la cara.
Porque, a mi juicio, una persona que acabo de conocer en vez de decirme
hola me diga
oh dios mío, creía que eras una chica! varias veces, y teniendo en cuenta que en esa temporada andaba algo desequilibrado (sí, y en el momento presente algo más) yo creo que sí tenía razones para cabrearme. Y el hecho de que ahora me lleve bien con quien me saludaba así, no me parece ser
falso, sobretodo cuando ya hemos hablado el tema y ella ya me ha pedido las correspondientes disculpas.
Puto pirado, quizá sea lo único que todavía tenga algún fundamento. Pero me sigue pareciendo injusto, dado que no soy el único que ha hecho algo similar en un momento de desesperación provocada por incertidumbre/rabia. Esa persona que afirma que estoy tan
pirado, quizá debería repasar su propio pasado y sus actos antes de caer en semejante juicio hipócrita.
Lamerle el culo a la gente según me convenga. No le encuentro ningún sentido y no creo haberle dado a nadie una razón para decir eso de mí.
Luego por supuesto está el par de personas que la siguen, por incercia en mi opinión, porque realmente el tema se la suda. La gente que tiene criterio y dos dedos de frente, escucha las opiniones de las dos personas cuando hay un conflicto, y desde los susodichos
testimonios hace su propio juicio.
Pero yo no escribo esto para juzgar a esa persona, porque no me creo nadie para juzgarla, ni a ella ni a nadie más. Y que ojalá hubiera más predisposición al diálogo.
Porque yo, personalmente, ya no sé qué hacer.
El chico con cara de porreta y peinado emo de la imagen es Charles Trippy, de 23 años, procedente de Tampa (Estados Unidos).
Lo que realmente le ha dado dinero es la venta de un DVD con tutoriales sobre cómo hacer vídeos en casa con calidad pseudoprofesional y ganar dinero extra, Viral Video Fever, que está a la venta por casi 50$ (no sé cuánto es eso en euros). La cuestión es que el DVD se vendió como churros y le dio a Trippy una cantidad importante de dinero en menos de dos meses. 
